El estudio de arquitectura Pedro y Juana ha transformado un edificio histórico de Ciudad de México en un complejo residencial moderno y respetuoso. La „T42“ cuenta ahora con cinco pisos y complementa el contexto del complejo en el centro de la ciudad equilibrando el patrimonio cultural y la redensificación.
El nuevo edificio residencial "T42" de Ciudad de México brilla con una llamativa fachada. Foto: © LGM Studio
Una arquitectura habitable y auténtica
La arquitecta mexicana Ana Paula Ruiz Galindo y el arquitecto alemán Mecky Reuss han rediseñado un edificio en Ciudad de México con Studio Pedro y Juana. Situado en el céntrico barrio de Juárez, el complejo data del siglo XX y permaneció vacío durante mucho tiempo. Sin embargo, ante la necesidad de Ciudad de México de crear nuevos espacios habitables y densificar los edificios existentes, los arquitectos idearon una solución innovadora. El resultado fue el edificio conocido como „T42 „, un moderno complejo de cinco viviendas. Ruiz Galindo y Reuss concedieron gran importancia a la realización de una arquitectura habitable y localmente auténtica.
Una casa con patio ampliada
Aunque el edificio „T42“ de la calle homónima de Turín sigue el modelo de una casa con patio tradicional, tiene cuatro plantas y es, por tanto, ligeramente más alto que el edificio existente. Esto fue posible porque los arquitectos dejaron intacta la fachada catalogada y añadieron una nueva ampliación en la parte trasera. Además, los pisos del edificio tienen transiciones rectas hacia el exterior para dejar entrar la luz.
Gentrificación en Ciudad de México
El complejo residencial tenía que encontrar un difícil equilibrio entre el patrimonio cultural del barrio y las necesidades actuales de Ciudad de México. La gentrificación por parte de los nómadas digitales en particular es un problema importante aquí, ya que la Colonia Juárez es tradicionalmente un barrio donde viven y trabajan muchos mecánicos de automóviles. Con la „T42“, Pedro y Juana consiguen unir estos opuestos de forma funcional y creativa.
Materiales tradicionales y diseño moderno
Detrás y por encima de la fachada, „T42“ se abre en un moderno edificio residencial de varias plantas dispuesto en torno a un patio tradicional. Además, las grandes ventanas cuadradas proporcionan iluminación y ventilación. No obstante, cada uno de los pisos dispone de su propia zona al aire libre para mejorar la calidad de vida en la ciudad.
Materiales locales y arte mexicano
Los espacios interiores y exteriores de „T42“ se funden entre sí. Además, los materiales locales, baratos y fáciles de conseguir, tienen en cuenta el patrimonio de la ciudad y hacen que el edificio sea más asequible. Por ello, los arquitectos experimentaron con artesanía y materiales típicos mexicanos. Por ejemplo, la fachada exterior trasera está revestida de roca volcánica, lo que le confiere un carácter aterciopelado y brutalista a la vez. Está inspirada en el Museo Tamayo de la ciudad.
Textura, profundidad y contraste en la "T42
Las habitaciones y terrazas están revestidas con tejas de barro en forma de lágrima y ladrillos rectangulares tradicionales. En contraste, los interiores minimalistas y diáfanos presentan azulejos de Talavera vidriados en verde y elegantes alféizares de hormigón con tablones que aportan textura y profundidad.
"T42" como reto
Al oeste del centro histórico de Ciudad de México se encuentra el barrio de Juárez, donde también viven y trabajan los arquitectos de „T42“. El barrio se fundó a finales del siglo XIX sobre el antiguo lecho de un lago. Sobre él se asienta toda la capital mexicana y fue un barrio próspero durante mucho tiempo. Sin embargo, el gran terremoto de 1985 y la expansión de la ciudad hacia los suburbios acabaron con ello: como consecuencia, Juárez perdió gran parte de su población y siguieron la decadencia y el cambio demográfico. Como consecuencia, muchos edificios permanecieron vacíos hasta finales de la década de 2000, incluido Turín 42.
"T42": Un proyecto de barrio
Entonces surgió un nuevo interés político por el centro histórico de Ciudad de México y el Estudio Pedro y Juana compró el edificio con la ayuda de inversores para hacer posible un rediseño históricamente coherente. Sin embargo, las protestas, como las numerosas voces contra la gentrificación y la especulación inmobiliaria, así como la preocupación por la protección de los monumentos, provocaron retrasos. Pero después de tres años y muchos obstáculos burocráticos, los arquitectos consiguieron encontrar una solución dialogando con los vecinos. Como resultado, se tardó un total de ocho años en construir la „T42“, dos de los cuales se dedicaron a la construcción propiamente dicha. El edificio está abierto desde 2022.
Las ampliaciones, como en el caso del „T42“, son un aspecto importante de la arquitectura. Por eso hemos dedicado todo un número de diciembre al tema de las „ampliaciones“. Haga clic aquí para leer el editorial.
Por cierto: hayun apasionante retrato de Ciudad de México en nuestra revista asociada en inglés topos.
