Beirut, antaño conocida como la París del Este, se está convirtiendo en un punto de atracción para el mundo del arte. Desde el final de la guerra civil, una nueva generación de artistas apuesta por la autorrealización y la transformación arquitectónica de la capital libanesa por motivos económicos. La creación artística en la capital está en ebullición, y se está afirmando una escena artística intensa y creciente. En la sexta edición de la Semana del Diseño de Beirut, celebrada a finales de mayo, también hubo mucho que descubrir. El lema de la feria de diseño más provocadora de Oriente Medio era „¿Es el diseño una necesidad?“ En esta ocasión, la directora y cofundadora de la feria, Doreen Toutikian, se centró en cuestiones sociocríticas más que en el diseño estético.

El pabellón rosa de Nathalie Harb calma la mente de los estresados habitantes de la ciudad (©Nathalie Harb/Design Week
Lo más destacado de este año fue el moderno pabellón de Natalie Harb. La artista libanesa, que trabaja como diseñadora de objetos para cine y teatro, instaló un pabellón de madera rosa en el contexto urbano de Beirut. Instaló su objeto en un aparcamiento alejado de una autopista para ofrecer a los estresados habitantes de la ciudad la oportunidad de aislarse del ruido del mundo exterior. Se invitaba a los visitantes a detenerse durante un máximo de treinta minutos. „El rosa tiene un efecto calmante“, explica Natalie Harb. „El color recuerda a la propia piel o a la de un embrión. Sin embargo, este color de moda es inusual para el tema del silencio, ya que todo el mundo suele asociarlo con un color estricto“. Natalie Harb planea actualmente su instalación en otras ciudades. Así que podemos esperar con impaciencia su próxima ubicación en Roma Silenciosa.