09.06.2025

Público

Reducir, reutilizar, reciclar

Lo útil y lo bello se dan la mano en este proyecto: un techo y un color combinan una docena de funciones y áreas diferentes.


Una sola vez

El Premio BDA de Baviera 2019 en la categoría de edificios comerciales y administrativos ha recaído en el nuevo Depósito Norte de Reciclaje y Limpieza Viaria de Augsburgo, obra de Knerer und Lang Architekten. Lo útil y lo bello van de la mano en este proyecto: un techo y un color combinan una docena de funciones y áreas diferentes.

El nuevo depósito de limpieza viaria y centro de reciclaje de Augsburgo es único en muchos aspectos. En primer lugar, está la obra. En lugar de ampliar el edificio existente, el cliente, AWS -la empresa de gestión de residuos y limpieza viaria que representa al Departamento de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Migración de la ciudad de Augsburgo- decidió reestructurar los terrenos. Se distribuyeron tres nuevos edificios en tres ubicaciones estratégicamente favorables: en la Holzstraße, rodeada por un polígono industrial, un terreno de huertos y la carretera federal B17, de cuatro carriles. En segundo lugar, fue la inusual adjudicación del contrato, con la que el cliente, de mentalidad arquitectónica, allanó el camino para una solución inusual en el procedimiento VOF sin diseño. La tipología tampoco es estándar, un híbrido de centro de reciclaje y depósito para el servicio municipal de invierno y limpieza viaria. Además de las instalaciones para el personal y la administración, debían alojarse en el emplazamiento cocheras para camiones, instalaciones de lavado, almacenes y zonas de depósito, así como plazas de aparcamiento para los veinte contenedores y compactadores para todo tipo de residuos, desde textiles usados hasta voluminosos.

Los procesos son la clave

Antes de trazar la primera línea, los arquitectos visitaron con el cliente numerosos depósitos y centros de reciclaje de la región para familiarizarse con los procesos. El mayor reto era conciliar los distintos usos con los requisitos de trazado del tráfico, las zonas de maniobra y aparcamiento para unos 50 vehículos y la accesibilidad de las naves de almacenamiento, por ejemplo para la sal de carretera. La solución más pragmática y al mismo tiempo más estética fue integrar todas las funciones bajo un mismo techo. El tráfico de clientes tiene lugar en la parte delantera, mientras que la zona trasera está reservada al depósito. La doble profundidad de los vestíbulos de vehículos permite disponer de una zona interior de maniobras y preparación en condiciones meteorológicas adversas. La calefacción por suelo radiante garantiza la fluidez de las operaciones de servicio en invierno, incluso durante la estación fría. El almacén de mercancías a granel constituye el final de la instalación.

En función de los requisitos funcionales, desde los muelles para contenedores hasta la gran nave de vehículos y las dependencias administrativas de dos plantas, la envolvente traza la altura necesaria y la conforma plásticamente como un paisaje de cubierta verde plegada. Casi 5.700 metros cuadrados de superficie bruta se combinan así en una gran escultura que se desarrolla en torno a un patio interior como un escenario. La forma estricta se rompe con la inclusión de los límites del edificio, que permiten que la fachada exterior se repliegue y doble. Los listones verticales de madera de alerce aserrada hacen que el edificio parezca discreto desde el exterior. La idea original de utilizar una construcción de madera tuvo que descartarse por varias razones. Los vanos bajo el paisaje del tejado, la protección contra impactos y las medidas de protección contra la agresiva sal de la carretera resultaban demasiado antieconómicas.

Inspirador: el color complementario

El efecto „ajá“ se produce al entrar en las instalaciones. El naranja vivo de los contenedores y los vehículos contrasta con un fuerte tono azul que resume los distintos usos. La fascinación de los arquitectos por los Juegos Olímpicos de 1972 se refleja en este intenso color, que se aplica a la carcasa trapezoidal de perfiles de acero en forma de pintura. La planitud del color y del material permite integrar armoniosamente las aberturas necesarias como puertas, cancelas correderas y ventanas. El ambiente de trabajo para los cerca de 50 empleados es aún más atmosférico que la fachada: la calidad de las zonas sociales y los vestuarios es mejor que en las anteriores ubicaciones. Además, hay un gran espíritu de equipo: en la sala de descanso, diseñada por ellos mismos, cocinan juntos con regularidad, utilizando especialidades locales. Este es probablemente el mejor elogio para los responsables.

Foto: Jens Weber

Este artículo pertenece al número de junio de 2018 de Baumeister. Haz clic aquí para acceder a la revista.

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