06.07.2025

Microclima urbano y protección contra el calor estival

Vence al calor

Las infraestructuras verdes, los elementos acuáticos y los materiales de construcción adaptados son medidas clave para mejorar el microclima de las ciudades y reducir el calor estival. Foto de Jarrett Tan en Unsplash

El estrés térmico estival en las zonas urbanas es un reto cada vez mayor. Las altas temperaturas no sólo afectan al bienestar de los habitantes de las ciudades, sino que también agravan problemas medioambientales como la contaminación atmosférica y el cambio climático. Ante esta evolución, el concepto de microclima urbano adquiere cada vez más importancia. Engloba las condiciones climáticas locales que se dan en una ciudad debido a las estructuras de los edificios, la vegetación y la intervención humana. Especialmente en lo que respecta a la protección del clima y la calidad de vida de los residentes, las ciudades deben tomar medidas para mejorar el microclima y aliviar el calor estival. Este informe presenta varios conceptos y proyectos que pueden tener un impacto positivo en el microclima urbano.


1. el papel del microclima urbano en la planificación urbanística

El microclima de las ciudades está influido por diversos factores, como la estructura de los edificios, las características de las superficies, la circulación del aire y la vegetación. Sobre todo en las zonas densamente pobladas, el sellado, los edificios altos y la escasez de zonas verdes crean las llamadas „islas de calor“, que provocan un aumento de la temperatura del aire. Estas llamadas „islas urbanas de calor“ (IUC) pueden aumentar la temperatura exterior hasta 10 grados centígrados, lo que acarrea problemas de salud para la población.

Una de las principales causas de este calentamiento es la elevada proporción de superficies selladas, que almacenan el calor y sólo lo liberan lentamente. Estas islas de calor urbanas aumentan la contaminación durante los meses de verano y provocan un empeoramiento de la calidad del aire, lo que resulta especialmente problemático para los grupos de población vulnerables, como las personas mayores o con enfermedades respiratorias.


2. la infraestructura verde como solución

El fomento de las infraestructuras verdes es un concepto clave para mejorar el microclima y combatir el calor estival. Las ciudades necesitan crear más espacios verdes y potenciar las zonas verdes existentes para mitigar los efectos negativos del sobrecalentamiento estival. Los tejados verdes, las fachadas verdes y los árboles urbanos pueden ayudar a regular las temperaturas proporcionando sombra, aumentando la humedad y activando el potencial de refrigeración por evaporación.

Un ejemplo destacado de este concepto es el proyecto „Metrópolis verde“ de Berlín, que incluye iniciativas a gran escala de tejados verdes y plantación de árboles. La creación de „corredores verdes“ que conecten la ciudad y la naturaleza es también una medida importante para mejorar el microclima. Estos corredores favorecen la circulación del aire y permiten que entre aire fresco y más fresco en la ciudad.


3. superficies de agua como medida de refrigeración

Otro enfoque para mejorar el microclima es la integración de elementos acuáticos en el diseño urbano. Las masas de agua, como estanques, fuentes o canales, tienen un efecto refrescante al reducir la temperatura ambiente por evaporación. El proyecto „Agua en la ciudad“ de Hamburgo muestra cómo pueden integrarse en la ciudad elementos acuáticos tanto desde el punto de vista estético como funcional. Las superficies de agua no sólo reflejan la luz y ayudan así a reducir la contaminación térmica, sino que también crean espacios habitables que contribuyen a mejorar la calidad de vida de los habitantes de las ciudades.


4. adaptación de los materiales de construcción y de superficie

Además de la infraestructura verde y los elementos acuáticos, la elección de los materiales de construcción también desempeña un papel clave en el microclima urbano. Los materiales oscuros y absorbentes, como el asfalto y el hormigón, aumentan las temperaturas debido a su bajo albedo, mientras que las superficies claras y reflectantes, como las utilizadas con tejados claros o materiales reflectantes en las fachadas, reflejan mejor el calor. Una estrategia cada vez más importante es el uso de los llamados „tejados fríos“ y „pavimentos fríos“, desarrollados especialmente para minimizar la absorción de calor y enfriar el espacio urbano.


5. ejemplos de proyectos y conceptos innovadores

Un ejemplo destacado del éxito de la integración de medidas microclimáticas es el proyecto „Paris Respire“, en el que determinados tramos de carretera se cierran al tráfico motorizado durante los calurosos meses de verano y se dejan a peatones y ciclistas. Este planteamiento no sólo favorece la refrigeración al reducir el volumen de tráfico, sino que también mejora la calidad de vida y promueve la movilidad sostenible.

Singapur aplica un planteamiento innovador que ha acuñado el término „Ciudad en un jardín“. Mediante la promoción de jardines verticales y la integración de espacios verdes en la arquitectura, se pretende que los espacios urbanos se conviertan en un entorno vital fresco y sostenible. Los „Gardens by the Bay“ o el hotel „Parkroyal on Pickering“ son ejemplos de la aplicación de este principio, en el que el verde no sólo contribuye a mejorar el microclima, sino que se integra en el diseño urbano como elemento estético y funcional.


6 Conclusión: El camino hacia una ciudad respetuosa con el clima

El diseño del microclima urbano se está convirtiendo en una parte esencial de la planificación urbana y la arquitectura paisajística modernas. En vista del calentamiento global y de la creciente carga de calor estival, es esencial que las ciudades combatan activamente los efectos negativos del sobrecalentamiento estival mediante infraestructuras verdes, materiales de construcción adaptados y conceptos innovadores como corredores verdes y elementos acuáticos. La integración de estas medidas en la planificación urbana no sólo favorece un microclima agradable, sino que también contribuye a la protección del clima y a la promoción de ciudades sostenibles y habitables.

Para los expertos en urbanismo y arquitectura paisajista, esto se traduce en una clara llamada a la acción: el desarrollo y la aplicación de medidas para mejorar el microclima deben ser parte integrante de todo desarrollo urbano. Sólo así podrán las ciudades ofrecer a sus habitantes un entorno sano, fresco y habitable.

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