La casa de ensueño de Barbie cumple 60 años, y el fabricante de juguetes Mattel lo celebra con un libro. La monografía muestra seis ejemplos seleccionados de cómo ha evolucionado la casa de muñecas desde 1962 hasta 2021. Y lo que es más importante, cómo empezó todo no se ajusta a los tópicos actuales.
Desde que Barbara Millicent Roberts, alias Barbie, entró en las habitaciones de los niños de todo el mundo en 1959, sus modas, coches de caballos, coches y casas de ensueño han caracterizado muchas infancias. Los mundos de fantasía con los que se jugaba eran sin duda algo más que una escenificación de la domesticidad, los trabajos de ensueño y unos ideales de belleza poco realistas. Esto último -las medidas corporales de Barbie, equivalentes a unos 96-45-86, con una altura de 1,70 metros- fue una espina especialmente clavada en el costado de críticos y guardianes. Desde finales de 2015, estas voces se han acallado, ya que Barbie y sus amigas de plástico han recibido nuevas formas corporales, colores de piel y tipologías de género. Pero, ¿qué pasa con las casas y los muebles de Barbie? ¿Eran creaciones de ensueño o contienen siquiera un discurso arquitectónico y de diseño?
