Una cabaña en el bosque, rodeada de nada más que naturaleza. Sólo los sonidos del entorno hacen compañía a sus habitantes por la noche. La cabaña iluminada es claramente visible en la oscuridad impenetrable, un punto de partida que muchas películas de terror utilizan para sí mismas: un pequeño trozo de civilización en medio de la naturaleza salvaje, una fortaleza que no resiste.

Tal vez los promotores de PAN tretopphytter tuvieran este escenario en mente cuando encargaron al arquitecto Espen Surnevik que construyera una casa en lo alto del suelo forestal en Noruega, cuya lejanía transmitiera también una sensación de seguridad: un contraste con la amenazadora naturaleza. Surnevik aceptó el reto y se inspiró en las torres de bomberos nórdicas, que antaño se utilizaban para detectar incendios en una fase temprana. Basándose en ellas, diseñó el andamiaje sobre el que se levanta una caseta en forma de A, similar a las que se encuentran sobre el terreno en Canadá y Estados Unidos. Por fuera, el acero está recubierto de zinc oxidado. Absorbe la luz y hace que la cabaña desaparezca entre los árboles. En el interior, la madera clara contrasta con la oscuridad del bosque. Los visitantes pueden disfrutar de la naturaleza de cerca y seguir sintiéndose seguros, hasta que aparecen los primeros zombis.
Esta pequeña obra apareció en B4/2020 sobre el tema „Espacios de juego“.