KMSKA en Amberes: dos museos en uno

Tras once años de renovación, el Museo Real de Bellas Artes de Amberes (KMSKA) reabrió sus puertas en septiembre de 2022. La remodelación del museo es inteligente: KAAN Architects insertó un nuevo edificio asimétrico con diez salas de alto brillo en el edificio existente, ampliando así la superficie de exposición en un 40%.

Once años. Ese es el tiempo que el Museo Real de Bellas Artes de Amberes (KMSKA), uno de los museos más importantes de Bélgica, estuvo cerrado al público debido a obras de renovación, restauración y ampliación. El magnífico templo del arte abrió sus puertas a finales de septiembre de 2022 y sorprendió a los visitantes con una ampliación completamente invisible desde el exterior. Y es que uno de los principales problemas del edificio existente de finales del siglo XIX era -como ocurre actualmente con muchos museos debido al constante crecimiento de las colecciones- la falta de espacio expositivo. La solución a esto es inteligente: KAAN Architects expuso los patios interiores históricos e insertó un nuevo edificio asimétrico precisamente en la estructura del edificio original. De este modo, ampliaron la superficie de exposición en un 40% sin modificar la superficie del edificio histórico. Esto es inusual, ya que los museos que amplían su espacio suelen optar por una extensión o incluso por un edificio solitario.

Con su ingenioso diseño de „dos museos en uno“, los arquitectos de Rotterdam crearon más espacio para sus famosos maestros antiguos de Rubens y Van Dyck, así como para James Ensor, uno de los protagonistas modernos más importantes de la colección del KMSKA, que cuenta con un total de 8.400 obras (650 de las cuales están ahora expuestas). Una escalera de caracol conduce desde la nueva recepción hasta el vestíbulo neoclásico. Desde allí, los visitantes se sumergen en el arte antiguo. A través del monumental vestíbulo, decorado en el siglo XIX por la pintora de historia Nicaise De Keyser -que sigue siendo uno de los elementos más destacados del museo-, los visitantes recorren las salas históricas, que han sido ampliamente restauradas y acondicionadas según los planos originales.

Siempre que ha sido posible, se han conservado y restaurado cuidadosamente los estucos históricos, los suelos de parqué en espiga y los marcos de madera de las puertas. Los elegantes colores de las paredes varían ahora del rojo pompeyano al verde oliva, dependiendo del espacio de la galería. El papel pintado, las cortinas y los sofás de terciopelo color burdeos destilan un aire histórico en el antiguo edificio. Las salas albergan obras anteriores a 1880.

Directamente desde la planta baja, se accede al Cubo Blanco cerrado del museo, que exhibe arte del periodo posterior a 1880. El contraste con la paleta de colores de las salas finiseculares no podría ser mayor: Las nuevas salas de alto brillo son inmaculadamente blancas de suelo a techo. Varían en iluminación, altura y volumen, por lo que también constituyen la contrapartida del edificio antiguo, de diseño simétrico. En el entresuelo, obras sensibles como dibujos y grabados, junto con esculturas, se presentan con una luz tenue y modulada. Una escalera de 40 metros de largo conecta las salas de las plantas y salva una diferencia de altura de 22 metros. Esta incisión vertical permitió a los arquitectos introducir luz natural en el edificio. Esto se debe a que el edificio existente, construido entre 1884 y 1890 según los diseños de Jan Jacob Winders y Frans Van Dijk, se concibió originalmente como un museo de luz natural. Por ello, según KAAN Architecten, la luz natural también desempeña un papel decisivo en su diseño: la luz se deja entrar y se difunde a través de cuatro lucernarios. Los lucernarios continuos también siguen iluminando las galerías históricas.

El proyecto de la KMSKA comenzó en 2003, cuando el templo finisecular estaba tan deteriorado que se llegó a plantear su demolición y se habló de construir un edificio nuevo. El arquitecto del gobierno flamenco Bob Van Reeth convocó finalmente un concurso abierto, que incluía entonces la conservación del edificio existente y su adaptación por motivos de sostenibilidad. El entonces todavía joven estudio de Rotterdam KAAN Architecten, dirigido por Kees Kaan, Vincent Panhuysen y Dikkie Scipio, ganó el concurso y posteriormente elaboró el plan director. En la primera fase, se descubrió el circuito museístico original de 1890. En el transcurso de las obras, se puso de manifiesto que el edificio estaba muy contaminado con amianto. Por lo tanto, era necesaria una larga e intensiva rehabilitación.

Además de la infraestructura, la tecnología y el sistema de aire acondicionado también necesitaban una renovación. „El edificio necesitaba una revisión general“, explicó Carmen Willems, Directora de la KMSKA, en la inauguración de septiembre de 2022, „Había dos problemas importantes que había que resolver. En primer lugar, no había espacio suficiente para exponer bien las colecciones. En segundo lugar, siempre ha sido difícil mantener unas buenas condiciones climáticas en el museo“. Por eso, la nueva ala contemporánea está ahora equipada con un sistema climático de clase A, la categoría climática más alta y habitual en los museos nuevos. También se ha instalado un sistema de control ambiental de objetos que se pondrá a prueba durante un año.

El KMSKA aprovechó el largo cierre para llevar a cabo extensos trabajos de restauración de sus obras, pero también las envió de gira. También se trabajó entre bastidores para almacenar las obras de arte que no estaban expuestas. Mientras que la colección solía estar dispersa en un total de siete almacenes, el KMSKA cuenta desde 2013 con un nuevo almacén centralizado. Dispone de más de 3.660 metros cuadrados de estanterías para cuadros en dos plantas. Las salas están libres de polvo y vibraciones y equipadas con un sistema de ventilación y seguridad de última generación. Con esta amplia remodelación, los arquitectos de Rotterdam han conseguido que la KMSKA esté preparada para el futuro. Ya han demostrado su buen hacer con edificios históricos en la renovación y restauración del Thermenmuseum de Heerlen y el castillo barroco Het Loo, cerca de Apeldoorn.

Sin embargo, con la remodelación del KMSKA, KAAN Architecten ha conseguido su obra maestra. „La arquitectura monumental del museo del siglo XIX sorprende en su núcleo con una nueva arquitectura oculta: modesta y poderosa al mismo tiempo“, afirma con orgullo Dikkie Scipio, de KAAN Architecten. „Esta simbiosis crea un entorno expositivo emocionante y funcional“. El arquitecto, que también es profesor en el departamento de diseño de Münster desde 2019, ha trabajado en el museo durante casi veinte años. „Soy el último arquitecto que ha participado desde el principio. El edificio se ha convertido en mi hijo. Y los míos han crecido mientras tanto“.

El Museo de Bellas Artes de Qujiang, en Xi’an, también se ha ampliado: Neri&Hu han añadido una rotonda al edificio.