Los diseños de David Chipperfield Architects no pretenden ser arquitectura icónica. En cambio, la firma se ha hecho un nombre por sus complejos proyectos de construcción en edificios históricos. En una entrevista con el maestro de obras, David Chipperfield reflexiona sobre su enfoque arquitectónico.

David Chipperfield
Trabajar con y sin duda
Baumeister: Señor Chipperfield, usted y su oficina han comisariado el número de diciembre de Baumeister, ¿cómo se compara esta experiencia con su trabajo como arquitecto?
David Chipperfield: Siempre hay dos modos de producción en nuestro trabajo arquitectónico, y van en paralelo. Por un lado, somos simplemente profesionales. Prometemos a nuestros clientes determinados servicios y cumplimos los plazos. Pero nuestro trabajo también tiene un segundo nivel. Se trata de crear un entorno en el que sea posible la autorreflexión. Dicho de otro modo: Pensamos constantemente en lo que hacemos, por responsabilidad hacia nuestros estándares intelectuales. Eso no ocurre por sí solo. En arquitectura hay que crearse un marco teórico. Por eso, comisariar el Baumeister nos ayuda a entendernos mejor a nosotros mismos.
¿Autocuestionarse como modo de existencia?
Sí, es importante cuestionarnos constantemente. Queremos provocar una especie de malestar en nosotros mismos. Si quieres ser un buen arquitecto, tienes que trabajar con y sin dudas al mismo tiempo. Comisariar una revista nos permite reflexionar y crear conscientemente una forma de incomodidad. Me pasó algo parecido cuando comisarié la Bienal de Venecia hace cuatro años.
Implicarse con los materiales
¿Tiene ciertas convicciones básicas?
La fisicidad de la arquitectura suele ser el punto de partida para nosotros: las propiedades hápticas, físicas. Este punto de orientación se ha perdido en el modernismo y el postmodernismo. Entonces era difícil hablar de estilos arquitectónicos en Inglaterra, sobre todo a causa del príncipe Carlos. Pero se podía hablar de material. Y eso es exactamente lo que hicimos: como un poeta pensando en palabras.
¿Es este enfoque comprensible para un público más amplio?
No siempre. Es un enfoque difícil porque tiende a chocar con el mercado y los imperativos económicos de la industria de la construcción. Es un poco como la comida de hoy en día. En el mundo hay más alimentos sintéticos que nunca. Pero cada vez más gente quiere alimentos naturales. Lo mismo ocurre con la arquitectura: se necesita buena arquitectura y voluntad de trabajar con materiales.
Encontrará la entrevista completa en Baumeister 12/16, a partir de la página 70.