Inquietud en la Iglesia
El Premio BDA Baviera 2019 en la categoría de edificios especiales ha recaído en el Centro de la Iglesia Seliger Pater Rupert Mayer en Poing, de Meck Architekten. Los arquitectos han logrado crear aquí un lugar atractivo, casi místico.
Las iglesias católicas y protestantes de Alemania están en plena ebullición. El cambio demográfico, la escasez de sacerdotes y las dimisiones están dejando su huella en las parroquias, al igual que el gran parque inmobiliario, que en muchos lugares necesita una renovación. La reforma estructural suele ser la solución controvertida; desde la década de 1990, más de 850 iglesias de ambas confesiones en Alemania han sido desconsagradas, reutilizadas y, en algunos casos, demolidas. Aunque sin duda es una tarea atractiva para los arquitectos dar una nueva vida a estos edificios especiales, esto supone recortes dolorosos para las comunidades eclesiásticas.
No obstante, también hay rayos de esperanza: se han construido más de 50 nuevas iglesias, la mayoría como sustitución de edificios ruinosos o fusionando diferentes ubicaciones. Una excepción importante es la nueva construcción de la iglesia „Seliger Pater Rupert Mayer“ en Poing. Tras un concurso en 2011, fue construida por la empresa muniquesa Meck y el cardenal Reinhard Marx consagró el sagrado edificio en 2018.
También hay eso: más fieles
Poing, situada en los suburbios de Múnich, está creciendo rápidamente. Desde 1985, la población se ha duplicado, sobre todo debido a las familias jóvenes, y la tendencia sigue al alza. Esto plantea retos a la propia ciudad. Poing contará con un nuevo centro de conexión en el barrio de Bergfeld, separado de la línea de S-Bahn, lo que es importante para los viajeros. Pero también plantea retos a la parroquia existente, cuya anterior iglesia parroquial de San Miguel se había quedado pequeña para atender la creciente demanda. Las primeras ideas para una nueva iglesia ya se barajaron en 1965, pero sólo se construyó la guardería en 1993 y el nuevo salón parroquial en 2002. La ubicación para la nueva iglesia siempre había sido el espacio abierto entre la ahora transitada Gruber Straße -en las inmediaciones del centro comunitario y el emplazamiento para un nuevo edificio del ayuntamiento- y el lago Bergfeldsee como estribación de un cinturón verde que flanquea las nuevas zonas urbanizables. Este emplazamiento puede considerarse un vínculo entre la antigua y la nueva Poing, entre los espacios urbanos y los verdes, pero también un mediador entre los heterogéneos edificios circundantes y todos los caminos.
¿Cómo puede y debe un edificio sagrado responder adecuadamente a esta piedra angular del desarrollo urbano? ¿Debe entenderse el volumen del espacio eclesiástico como una barrera o zona de amortiguación hacia la calle y, por tanto, hacia lo secular frente al misticismo del lugar sagrado o, en tiempos de alejamiento de la fe, debe una iglesia moderna aceptar el reto de abrirse en el centro de la vida?
