La Casa Mérida, en la península de Yucatán (México), combina materias primas y formas claras. El proyecto de Ludwig Godefroy explora la relación entre la arquitectura tradicional y la moderna.
Casa Mérida
Cultura de construcción tradicional
Mérida, la „ciudad blanca“, es la capital de Yucatán y el centro de la cultura maya. El clima es cálido y húmedo, con temperaturas máximas de hasta 40 grados. A lo largo de los siglos, las condiciones climáticas han propiciado el desarrollo de una tipología arquitectónica muy funcional. Esta arquitectura, habitual en Mérida, se basa esencialmente en la ventilación natural cruzada bajo techos altos. Las habitaciones inferiores, conectadas entre sí como terrazas, permiten que el aire circule por toda la casa. Se crea así un sistema de ventilación natural.
Hoy en día, sin embargo, los sistemas de aire acondicionado también funcionan a toda máquina en Mérida, y la vida sin ellos es casi inimaginable tanto para los lugareños como para los turistas. Los sistemas de aire acondicionado hacen posible cualquier tipo de construcción. Se ha abandonado la forma original de construir. La cultura original de construcción regional recibe ahora poca atención.
Elementos antiguos reinterpretados
La Casa Mérida, una vivienda unifamiliar diseñada por el arquitecto Ludwig Godefroy, está situada entre edificios de yeso de una sola planta, coloridas verjas de entrada, una jungla de palmeras y un amplio espacio de calle. La parcela, larga y estrecha, mide 80 metros de largo pero sólo ocho de ancho. El solar, que parece cerrado y prohibitivo desde el exterior, está delimitado por muros de piedra natural. Una verja negra forma la entrada a la casa.
Durante su primera inspección de la propiedad, el arquitecto francés afincado en México tuvo una idea: un eje que cruza toda la obra desde la puerta principal hasta el límite posterior de la propiedad. Se inspiró en la cultura maya. Los „Sacbé“, caminos en línea recta, conectaban lugares importantes, templos, plazas y pirámides en el imperio maya. Algunos de estos caminos pavimentados tenían más de 100 kilómetros de longitud.
El muro como elemento principal
El elemento central del diseño de Casa Mérida es el muro de hormigón. Éste atraviesa la propiedad, organizando la casa y dividiéndola en secciones. Sin embargo, el muro de hormigón visto no sólo sirve para organizar la planta, sino que también soporta los paneles del tejado. Todas las funciones están alineadas a lo largo del muro de hormigón: dormitorio con baño, zonas de estar y salón con cocina. Las habitaciones individuales, dormitorios con baño, están en la oscuridad, protegidas del sol y el calor. Aquí y allá, Godefroy coloca deliberadamente patios, espacios abiertos y terrazas, rompiendo la secuencia de habitaciones. La arquitectura retrocede allí donde la vegetación exige espacio. De este modo, el espacio construido y la estructura existente forman una unidad, complementándose en una coexistencia simbiótica.
Godefroy, que estudió intensamente la cultura constructiva regional como parte del proceso de diseño, también busca un vínculo con la tradición en el programa espacial y la disposición de los distintos usos. En el centro histórico de Mérida, las salas comunes de los edificios residenciales se sitúan a la entrada del solar, entre el espacio de la calle y el patio interior. Godofredo invierte este principio: sitúa la zona de estar con cocina al final de la vivienda. Aquí, los residentes están protegidos de las influencias externas, como las vistas y el ruido. La piscina forma el extremo.
Enfoque deconstructivista
Godefroy utiliza formas y figuras geométricas, superponiendo triángulos, círculos y rectángulos e intersectándolos entre sí. La Casa Mérida es una especie de conglomerado de elementos formalistas, interesantes a la vista, pero al mismo tiempo algo arbitrarios en algunos puntos y que no siguen un concepto o patrón claro.
Volviendo a las raíces: para el arquitecto era importante que la casa fuera autosuficiente. Los canalones sobredimensionados recogen toda el agua que cae durante la temporada de lluvias. Se almacena en cisternas en el suelo. Los sistemas fotovoltaicos de los tejados planos suministran energía al edificio.
Materialidad
El arquitecto prescinde por completo de los elementos de ventana. Como resultado, el interior se convierte en exterior y el exterior en interior, los límites se difuminan y los espacios fluyen. Esto permite que el aire circule por todo el edificio, de forma similar al concepto tradicional de climatización natural. El material predominante es el hormigón grueso visto, cuyo patrón de encofrado es claramente reconocible. Godofredo añade acentos cálidos con elementos de protección solar y puertas de madera. Los materiales utilizados son sencillos y económicos. Confieren al edificio una atmósfera cruda y una fría claridad. El resultado es un lugar de tranquilidad, un refugio en un contexto urbano que explora la relación entre la arquitectura tradicional y la moderna.
Todas las fotos: Rory Gardiner
En un pueblo del Tesino hay una villa que no sólo se asemeja en su forma a una pirámide de hormigón, sino que además protege a sus habitantes del mundo exterior casi como la tumba de un faraón: la „CasaPirámide “ del estudio de arquitectura DFDC.
