02.03.2025

El Brutalista

The Brutalist dirigida por Brady Corbet.

La película de Brady Corbet El brutalista, que podrá verse en exclusiva en los cines a partir del 30 de enero, es un drama épico que narra la historia del arquitecto judío-húngaro László Tóth. Se centra en su visión artística, sus tragedias personales y la tensa relación entre creatividad y poder. Con un reparto de lujo que incluye a Adrien Brody, Felicity Jones y Guy Pearce, esta obra monumental cobra vida.


La arquitectura visionaria como expresión de un alma desgarrada

La historia comienza en los años 50, cuando László Tóth (Adrien Brody) emigra a Estados Unidos para construir una nueva vida tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Su visión artística, caracterizada por la arquitectura brutalista, se convierte en una metáfora de su dolor interior. El brutalismo, conocido por sus líneas claras e inflexibles y sus estructuras masivas, sirve a Tóth como medio para superar sus experiencias de pérdida y trauma.

La película aborda el poder del Brutalismo, que no sólo dio forma a la historia de la arquitectura, sino que también capta las contradicciones de la posguerra. Los materiales y las formas de los edificios reflejan el viaje psicológico de László, una conexión que el director Brady Corbet escenifica con maestría.


Una historia compleja y emotiva

En el centro de El brutalista está la cuestión del precio del éxito. Cuando el acaudalado industrial Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce) encarga a László la construcción de un instituto monumental, al principio parece que Tóth hace realidad sus sueños más descabellados. Pero la asociación entre los dos hombres se convierte en un juego de poder ensombrecido por oscuros secretos. Los costes financieros y emocionales de esta relación son elevados, y Tóth tiene que preguntarse si su arte merece la pena.

Al mismo tiempo, se explora la relación entre László y su esposa Erzsébet (Felicity Jones). Tras años de separación a causa de la guerra y el exilio, su reencuentro es uno de los momentos más emotivos de la película. Felicity Jones aporta profundidad y complejidad a Erzsébet en su intento de superar las cicatrices psicológicas del Holocausto.


Actuar al más alto nivel

Adrien Brody realiza una impresionante interpretación de László Tóth. Su interpretación capta la confusión interior del personaje y su obsesión artística. Las propias raíces húngaras de Brody confieren autenticidad a su interpretación, y su capacidad para retratar emociones complejas lleva la película a un nuevo nivel. Felicity Jones y Guy Pearce no tienen nada que envidiarle: Ambos actores convencen con interpretaciones llenas de matices que dan vida a unos personajes con múltiples capas.

Destaca especialmente la interpretación de Guy Pearce de Harrison Lee Van Buren. El encantador pero manipulador industrial se convierte en un símbolo del poder y las trampas del capitalismo. Pearce dota al personaje de una elegancia amenazadora que resulta a la vez fascinante y escalofriante.


La arquitectura como protagonista

El Brutalista es algo más que una película sobre un arquitecto: es una declaración de amor a la propia arquitectura. Los impresionantes edificios que diseña Tóth no son sólo telones de fondo, sino elementos centrales de la trama. La diseñadora de producción Judy Becker consigue retratar la arquitectura del Brutalismo de forma auténtica e impresionante. En particular, el instituto que László diseña para Van Buren se convierte en la encarnación de sus conflictos interiores.

La potencia visual de la película se apoya en el trabajo de cámara de Lol Crawley, que capta la dimensión épica de la historia con imágenes analógicas VistaVision. Cada plano está bien pensado y contribuye a la intensa atmósfera.


Contexto histórico y temas universales

El director Brady Corbet entrelaza hechos históricos con elementos de ficción para crear un retrato con múltiples capas del periodo de posguerra. La película muestra cómo el trauma de la Segunda Guerra Mundial influyó en la arquitectura y en la psique humana. Al hacerlo, Corbet consigue abordar temas universales como la migración, el poder y la libertad artística, que siguen siendo relevantes hoy en día.

La investigación que se ha llevado a cabo en el guión es impresionante. Corbet y su coguionista Mona Fastvold estudiaron la obra de arquitectos como Marcel Breuer y Le Corbusier para garantizar la autenticidad de la película. Este cuidado es evidente en cada detalle.


Una síntesis cinematográfica de las artes

La banda sonora de Daniel Blumberg es otro de los puntos fuertes de The Brutalist. Combina elementos minimalistas e improvisados que subrayan la profundidad emocional de la película. El uso de instrumentos de piano y jazz capta el ambiente de los años 50 y refuerza la conexión entre música y arquitectura.

El trabajo de todo el equipo creativo, desde el diseño de vestuario de Kate Forbes hasta el diseño de peluquería y maquillaje de Gemma Hoff, contribuye a dar vida al mundo de The Brutalist. La película es un excelente ejemplo de artistas de talento que trabajan juntos con una visión unificada.


Conclusión

Con The Brutalist, Brady Corbet ha creado una obra monumental que impresiona y conmueve a partes iguales. La película es una epopeya sobre el arte, el trauma y el intento de afianzarse en un mundo nuevo. Con unas interpretaciones sobresalientes, una realización visualmente impresionante y una historia profunda, esta película es uno de los platos fuertes del año cinematográfico.

The Brutalist no es sólo una delicia para los amantes de la arquitectura, sino también para cualquiera que disfrute con personajes complejos y temas profundos. Sin duda, merece la pena verla y se quedará con usted mucho después de que hayan pasado los créditos.

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