El diseño es algo más que estilo y estética: se trata de tocar, usar y apropiarse. Lo más importante es el material elegido. Su mensaje caracteriza la atmósfera y el modo en que experimentamos los espacios. Este número muestra cómo el diseño de interiores escenifica las estancias hoy en día. Explora proyectos de interiorismo en los que el diseño va mucho más allá de la superficie: desde la funcionalidad que da la forma hasta diseños originales que exploran los límites de lo posible.
Diseño que se puede tocar, usar y del que uno se puede apropiar. Los materiales con mensaje caracterizan el ambiente y la forma en que experimentamos los espacios. Portada: Thiago Matos | Pexels
Sin guinda en el pastel
Con demasiada frecuencia se confunde con el estilismo, los adornos decorativos o, peor aún, con los cojines del sofá. Pero el diseño es todo menos superficial. Puede irritar, provocar, transformar. Puede abrir espacios, organizar cosas, guiar nuestro comportamiento. El diseño no es la guinda del pastel al final, sino a menudo el principio de todo: la espina dorsal invisible de la buena arquitectura.
Asunto sensual
En este número, nos centramos en el diseño en su forma más sensual y pura. Todo gira en torno a la materialidad y la textura. Proyectos que no quieren brillar, sino resplandecer. Espacios que no se explican en renders, sino en movimiento, luz… y sobre todo: tacto. Porque el buen diseño quiere ser tocado. Se nutre del contacto. Nuestra portada juega precisamente con eso: una mano a tientas que sale de las sombras para explorar una superficie. Casi arcaico. Casi romántica. Y, sin embargo, muy actual.
Esquinas y bordes
¿Por qué? Porque vivimos en una época en la que lo digital es a menudo más suave que nuestra sobremesa. En la que el espacio se reduce cada vez más a los formatos de pantalla. Y en la que los materiales vuelven a cobrar importancia, porque ofrecen resistencia, crean fricción, tienen carácter. Los proyectos de este número muestran cómo se crean nuevas atmósferas a través de la reutilización, la reducción y el uso radical de los materiales. Cómo se puede crear sensualidad a partir de lo viejo, y actitud a partir de lo inacabado. Los textiles se utilizan para crear zonas, el hormigón para poetizar y toda la composición de un espacio se erotiza casi por completo.Sí, ha leído bien. La arquitectura puede volver a seducir, pero no de forma estridente, sino a través de la sustancia.
Sensual, inteligente e incómodo
Esta edición no es, por tanto, un catálogo de bellas superficies. Es un alegato a favor de pensar con la mano. Por la experiencia a través del tacto. Y por un diseño que no sólo agrade, sino que cambie. Porque, en última instancia, la cuestión no es sólo cómo se ve o se siente algo, sino también qué provoca. Un buen objeto de diseño, una habitación ingeniosamente diseñada o un uso audaz de los materiales pueden cambiar más que muchas palabras. Puede desencadenar conversaciones, despertar recuerdos y moldear actitudes. Así que quizá el diseño no sea la hermana más bella de la función, sino más bien su filósofa secreta: sensual, inteligente y a veces un poco incómoda. Y precisamente por eso la necesitamos, con más urgencia que nunca.
Espero que disfrute con su lectura. Como siempre, espero sus comentarios al respecto.
Reciba un cordial saludo,
Tobias Hager
Redactor Jefe
t.hager@georg-media.de
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En abril, el tema de nuestro Baumeister fue la seguridad. Lea más aquí.
