Dimensiones domésticas

El emplazamiento del nuevo centro de salud de Vilafranca del Penedès (España) está situado en un cruce con dos calles que no podrían ser más diferentes: Mientras que la Pelegrina, la circunvalación de la ciudad, tiene mucho tráfico y altas velocidades, la zona peatonal de Igualada sirve de enlace con el centro urbano.

Los dos arquitectos españoles Josep Ferrando y Pedro García realizaron el edificio como un proyecto conjunto -están afincados en Barcelona y Madrid-.

En respuesta al emplazamiento, eligieron un gesto tranquilo que divide el programa espacial en dos volúmenes: El más plano alberga todas las zonas públicas, mientras que los espacios más privados se sitúan en las plantas superiores del volumen más alto, donde también se encuentra la entrada al edificio.

Los arquitectos describen la razón de esta situación de la entrada como una sensación: entrar en el edificio no debe ir acompañado de un efecto sorpresa, como suele ocurrir con los edificios públicos. Por el contrario, el gesto debe parecer íntimo para minimizar el umbral de entrada.

Ferrando y García adoptaron un enfoque sustractivo del diseño: el espacio se crea a partir de la masa y el vacío. Los patios interiores sirven de incisiones en los volúmenes para dejar entrar la luz natural y dar estructura al edificio. Los patios están unidos por pasillos y espacios comunes y de espera. Las habitaciones del centro de salud son de escala doméstica.

Los elementos prefabricados de hormigón pretenden dar al proyecto un carácter urbano; en cambio, los interiores consisten en superficies blancas y claras. Las puertas y ventanas se abren hacia dentro y hacia fuera para crear diferentes configuraciones de las habitaciones.

Fotos: Adrià Goula