12.06.2025

Academia

Descubrir Viena: la Casa Haas

Natalie, ganadora de la Master Builder Academy, ha elegido un edificio cada mes. Ha elegido edificios que dividen opiniones. Esta vez ha elegido la Casa Haas de Hans Hollein.

De „joya del diseño“ a „Casa Kaas“, pocas veces un edificio ha dividido tanto la opinión antes y después de su construcción como la Casa Haas, frente a la catedral de San Esteban. Se inauguró en 1990 como exclusivo centro comercial. Los vieneses parecen sensibles cuando se trata de nueva arquitectura en el lugar más destacado del histórico primer distrito. El edificio fue diseñado por Hans Hollein, el único arquitecto austriaco que ha recibido el Premio Pritzker hasta la fecha. Hoy, la Casa Haas es un monumento muy conocido. Pero, ¿por qué irrita tanto el edificio a los vieneses y qué lo caracteriza como obra del posmodernismo?

El diseño redondeado de Hollein evoca la forma del fuerte romano que antaño se alzaba en el lugar. El mirador en forma de torre define las plazas circundantes como una cesura espacial.
La fachada de acristalamiento estructural no es nada habitual en las inmediaciones de la catedral. Se funde gradualmente con una sofisticada fachada de granito, que en los años noventa se bautizó como "papel pintado de piedra".
Las plantas de construcción idéntica aparecen en el exterior en una fachada diferenciada. El arquitecto prescinde de una relación reconocible entre interior y exterior. Con ello, se toma a guasa el principio rector del modernismo "la forma sigue a la función".
El cubo inclinado cerca de la antigua entrada principal resulta irritante. Tales dispositivos estilísticos con un factor de entretenimiento ya formaban parte del repertorio manierista.
Las columnas dobles de mármol de delante podrían cumplir una función portante, pero no lo hacen.
En contraste con la fachada acristalada, la vista desde la plaza parece reservada. Aquí, sin embargo, las ventanas escalonadas de Hollein revelan el uso que hay detrás, la escalera.
La ironía culmina en el tejado. El propio Hollein describe el edificio como un templo comercial y traslada esta metáfora lingüística a la arquitectura. El templo se acristaló en 2006.
En aquella época, el llamativo techo volado se consideraba una contrapartida profana a las torres paganas de la catedral y se denominaba polémicamente "aureola". No protege del sol ni de la lluvia y no tiene ninguna función real.

La banalidad del consumo

Hasta 2002, el interior presentaba un atrio de cinco plantas con formas opulentas. Hollein quería escenificar la banalidad del consumo. Como el edificio nunca llegó a funcionar como Hans Hollein había planeado, se añadieron techos de varias plantas. Hoy, una cadena de moda española y un hotel son los principales inquilinos. En un principio se planearon 20 pequeñas boutiques de lujo.

Arquitectura humorística

La cuestión de si el edificio atrae en un sentido estético es más una cuestión de compromiso personal con la arquitectura posmoderna de Hollein. El edificio puede verse como lo que es: un collage de formas, materiales y alusiones. Hollein ha seleccionado y combinado cuidadosamente las referencias. El uso humorístico de estos motivos hace que el edificio sea único. Si te dejas llevar por el humor, cruzarás Stephansplatz con una sonrisa en la cara.

Todas las fotos son de Natalie Burkhart

La Academia Ba umeister es un proyecto de prácticas de la revista de arquitectura Baumeister y cuenta con el apoyo de GRAPHISOFT y BAU 2019.

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