El Volkshaus de Basilea de 1925 tenía poca sustancia original que mostrar debido a las extensas remodelaciones. Herzog & de Meuron reinventaron la historia del edificio durante su renovación y crearon una atmósfera impresionantemente armoniosa entre el ayer y el hoy.
Volkshaus Basel
Volkshaus Basel, vista exterior, foto: Robert Rieger
Desde 1846, Underberg, en la región del Bajo Rin, elabora un digestivo de hierbas según la receta secreta Semper Idem, pero siempre algo nuevo. Por eso es tan apropiado que dos de las pequeñas botellas, envueltas en papel de estraza, se ofrezcan en las habitaciones del Volkshaus. Guardadas en la caja de herramientas Vitra, junto con un libro de la editorial suiza Diógenes, unas gafas, un costurero y el mando a distancia del televisor, convenientemente oculto tras una cortina.
Semper Idem, pero la Volkshaus es siempre nueva: Fundada en el siglo XIV como bailía, en 1845 se transformó en cervecería y posada, y en 1874 se le añadió una sala de conciertos y cerveza. El arquitecto Henri Baur ganó el concurso para construir el nuevo lugar de encuentro político, social y cultural en un emplazamiento privilegiado, que entonces pertenecía a la ciudad de Basilea. En 1925 se terminó la majestuosa Volkshaus, que se amplió con salas adicionales, una biblioteca y un hotel. Un híbrido, como se diría hoy, una ciudad dentro de la ciudad. En la década de 1970 se evitó su demolición, pero el edificio no fue tratado con cuidado.
Volkshaus de Basilea 2020, obra de Herzog & de Meuron
Cuando los arquitectos de Basilea Herzog & de Meuron recibieron el encargo de renovar la Volkshaus en 2011, no encontraron nada de importancia arquitectónica, aparte de las ventanas. Se empezó a trabajar en los salones de actos, el bar y la brasserie. Las lámparas de araña se sustituyeron por luces LED suspendidas con cuerpos de vidrio soplado de paredes gruesas, y se encargaron 255 sillas de madera curvada a Horgenglarus. El diseño corresponde al original de 1925, pero los nuevos respaldos están todos numerados individual y visiblemente. Hoy, como entonces, el estaño cubre el mostrador del bar y las mesas. Los mosaicos del suelo se colocaron a mano. Grabados del siglo XVII, ampliados en tiras de papel pintado, adornan los lavabos y las paredes de las 45 habitaciones y suites, que se terminaron a finales de 2020.
Al menos, los arquitectos encontraron planos de los antiguos dormitorios del personal bajo el tejado. Ofrecían un espacio sencillo para una cama, un armario y un lavabo. Las habitaciones son sencillas y bonitas, con muebles diseñados por los arquitectos. Se accede a ellas a través de un mueble, igual que a las salas de reuniones y despachos. No sólo alberga el guardarropa, la ducha y el retrete -el lavabo es independiente, como en muchos hoteles históricos suizos-, sino que también da ritmo al pasillo, ya que la ducha tiene más profundidad. Por cierto, el Underberg no sustituye al minibar: en todas las plantas hay agua, té, café y manzanas. Y los amargos son igual de innecesarios. Es realmente difícil encontrar un hotel que sea tan sano y promueva el bienestar como el Volkshaus.
Dirección:
Volkshaus Basel
Rebgasse 12-14
4058 Basilea
Basilea Suiza
www.volkshaus-basel.ch
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