El tráfico urbano es uno de los mayores retos a los que se enfrentan las ciudades modernas. La congestión, la contaminación ambiental y los accidentes de tráfico afectan a la calidad de vida de los residentes y causan costes económicos considerables. La inteligencia artificial (IA) ofrece una solución innovadora para hacer más eficiente el tráfico y minimizar la congestión. Mediante el análisis de grandes cantidades de datos y el uso de algoritmos de aprendizaje automático, la IA puede optimizar los flujos de tráfico en tiempo real, adaptar dinámicamente las rutas y hacer predicciones que hacen que las ciudades sean más inteligentes y sostenibles.
Dato curioso: según un estudio del servicio de análisis de tráfico INRIX, los conductores de las principales ciudades del mundo pasan una media de 100 horas al año en atascos, tiempo que podría reducirse considerablemente con la IA.