24.06.2025

Conferencia ASLA 2019: La planificación como investigación cultural

San Diego

San Diego

La conferencia de ASLA de 2019 cuestionó la identidad estadounidense en tiempos revueltos. Un informe de la conferencia

Conferencia de la ASLA sobre arquitectura del paisaje 2019, San Diego, CA
Sesión inaugural Oradora Gina McCarthy
EPNAC

Conferencia ASLA 2019: "Se trata de integridad espacial, pero también histórica"

El término „elefante en la habitación“ tiene un bonito doble sentido. Por un lado, describe algo importante que todo el mundo conoce pero que no se aborda explícitamente. Por otro lado, sin embargo, también describe algo enorme pisoteado que puede desmantelar estructuras dadas sin mayor sensibilidad. En esta ambigüedad, el actual presidente estadounidense Trump fue precisamente el elefante en la conferencia anual de este año de la ASLA, la Sociedad Americana de Arquitectos Paisajistas, en San Diego. Poco se habló explícitamente de The Donald y de sus políticas, a veces elefantiásicas. Sin embargo, sus consecuencias para el presente estadounidense jugaron un papel implícito una y otra vez.

Por supuesto, esto se aplicó más directamente a los numerosos paneles y presentaciones que trataron las consecuencias del cambio climático. La política e investigadora medioambiental Gina McCarthy sentó, por así decirlo, las bases atmosféricas. En su brillante presentación retórica, dejó claro que la administración Obama ha puesto en marcha muchas iniciativas legislativas concretas. Aún no se han revisado todas, y es poco probable que puedan retirarse todas. „El tren está en marcha“, fue su mensaje optimista en última instancia. El público respondió con ovaciones, pero como europeo orientado a los hechos, me costó acostumbrarme al estilo de McCarthy de predicador de masas.

De actos como la conferencia de la ASLA emana casi inevitablemente una especie de optimismo ecológico básico moderado, porque tratan de pasos concretos hacia la mejora. Una sesión de campo, por ejemplo, presentó la regeneración del ecosistema del río San Diego. Otros paneles presentaron soluciones para las zonas del caluroso y seco suroeste de EE.UU., algunas de las cuales se están volviendo inhabitables debido al calentamiento global, o planteamientos de arquitectura paisajista para mejorar la calidad del aire. La impresión es que la arquitectura del paisaje es consciente de su responsabilidad y la acepta incluso en un clima político duro.

Sin embargo, este clima político y social también desempeñó otro papel. En muchos debates se abordó el papel configurador de la identidad y negociador de la ordenación del territorio. Estados Unidos (y no sólo Estados Unidos) aparece hoy como un país en busca de su „identidad“. Existe una especie de inseguridad existencial en el conjunto de la sociedad. El espacio en el que vivimos puede asumir una función de orientación: para sociedades enteras, para unidades culturales más pequeñas, pero también para los individuos y su entorno social inmediato. En este contexto, un panel sobre las plazas estadounidenses de posguerra fue muy emocionante.

El responsable de la „Parks Conservancy“ de la ciudad de Pittsburgh presentó el cuidadoso rediseño de Mellow Square en Pittsburgh. Ken Smith, arquitecto paisajista muy conocido en EE.UU., presentó tres rediseños diferentes de Nueva York y San Francisco, incluido el espacio al aire libre frente al emblemático edificio Seagram de Mies van der Rohe en Manhattan. De todos los proyectos de plazas presentados se desprendía claramente que aquí se está negociando la memoria colectiva estadounidense. El modernismo de posguerra fue formativo para la cultura estadounidense y debe tratarse con el cuidado correspondiente. „Se trata de la integridad espacial, pero también de la integridad histórica“, afirma Charles Birnbaum, director de la Cultural Landscape Foundation.

El elefante „La Frontera

Naturalmente, se plantea la cuestión de quién atribuye la integridad o a quién se aplica. Al fin y al cabo, la idea de la sociedad como unidad homogénea se está desintegrando, y no sólo en Estados Unidos. En consecuencia, es importante aunar las distintas perspectivas en la ordenación del paisaje o, al menos, permitirles expresar su opinión. Permitir la heterogeneidad fue el tema general de muchos paneles. La importancia de la subcultura en la ordenación del territorio fue el tema de un debate en el que se dijo que así se pueden crear „paisajes con personalidad“. „Permitir la provocación, crear espacios para la subversión“, fue el alegato del planificador y podcaster Michael Todoran (dirige el podcast „LArchitect“). La cuestión es dónde acaba la subcultura, dónde acaba la provocación y dónde empieza la mera comercialización. Está abierto a debate si, por ejemplo, los eScooters que también llenan las calles en Estados Unidos pueden considerarse una subcultura, como se sugirió en el panel.

No obstante, la sensibilidad cultural de la conferencia de ASLA de este año fue alta. Sin embargo, un tema de gran carga cultural, que habría sido obvio dado el lugar de celebración en San Diego, fue lamentablemente omitido en gran medida: México y el reto de la planificación en la frontera. Se organizó una excursión a Tijuana (que rápidamente se llenó). Pero la frontera apenas se mencionó en los paneles de fondo. Y ello a pesar de que la nueva Presidenta de la ASLA, Wendy Miller, declaró en una entrevista a Garten + Landschaft que los planificadores tenían sin duda en mente las dimensiones urbanísticas de „La Frontera“ (puede leer la entrevista completa en www.topos-magazine.com). Pero quizá esa frontera represente también una especie de elefante en la habitación mental de la cultura estadounidense. Está ahí, es enorme, pero se oculta todo lo posible.

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