Las ciudades inteligentes se basan en una serie de tecnologías digitales diseñadas para hacer la vida urbana más eficiente y cómoda. Desde sensores IoT que controlan el flujo del tráfico hasta aplicaciones para la participación ciudadana, la infraestructura digital es la columna vertebral de las ciudades modernas. Sin embargo, esta conectividad también conlleva importantes riesgos para la seguridad. Los ataques a infraestructuras críticas como las redes eléctricas, el suministro de agua o los sistemas de transporte público no solo pueden causar daños económicos, sino también poner en peligro la seguridad de los ciudadanos.
Dato curioso: Según un estudio de IBM, el número de ciberataques a infraestructuras urbanas aumentó un 22 % en 2022, lo que pone de manifiesto la creciente amenaza.