La ampliación de cuatro plantas de la Oficina del Distrito de Tuttlingen se inauguró oficialmente el 1 de octubre de 2021. No solo ofrece espacio para unos 330 empleados más, sino que completa el paisaje urbano clasicista de Tuttlingen. Beer Bembé Dellinger se encargó de la arquitectura del edificio.
Ampliación de cuatro plantas de la Oficina del Distrito de Tuttlingen. Foto: Stefan Müller-Naumann
La ampliación de la oficina de administración del distrito de Tuttlingen cierra una brecha en la arquitectura clasicista
La Oficina del Distrito de Tuttlingen se encuentra en su emplazamiento actual, una antigua fábrica del fabricante de calzado Rieker, desde 1993. Günter Herman Architekten la proyectó como un bloque perimetral en forma de L, que cierra el solar por el suroeste pero deja un amplio espacio abierto por el noreste.
La ampliación de cuatro plantas de la Oficina del Distrito de Tuttlingen añade 9.500 metros cuadrados de superficie al edificio existente y cierra la brecha estructural del solar. El resultado es una plaza completa en el espíritu del maestro de obras Carl Leonard von Uber, padre planificador de la moderna Tuttlingen. Tras un devastador incendio en 1803, comenzó a reconstruir la ciudad, casi completamente destruida, por orden del Elector, siguiendo un estricto modelo clasicista. Con ello, dio forma decisiva a la imagen de la Tuttlingen actual.
El arquitecto Sebastian Dellinger describe el concepto arquitectónico de la ampliación como „sencillo y coherente, pero sensible a pesar de toda racionalidad“. La fachada está construida con elementos portantes de bloques de hormigón, que le confieren cierta plasticidad. Así, según la incidencia de la luz, el aspecto exterior del edificio cambia debido al juego de la luz sobre la estructura ondulada de la fachada. Según el ángulo de visión, el edificio aparece monolíticamente cerrado o casi desmaterializado, como señala Dellinger.
Sencillo y flexible por dentro
Foto: Stefan Müller-Naumann
Las superficies sin tratar dominan el interior de la nueva ampliación de la Oficina del Distrito de Tuttlingen. Los suelos, por ejemplo, son de hormigón simple, con superficies horizontales que muestran su superficie lisa y sin encofrar. Como contraste de color y material en las zonas abiertas al público, los arquitectos utilizaron superficies de roble laminado, que son visualmente sobrias pero aportan algunas salpicaduras cálidas de color aquí y allá.
Gracias a la fachada portante, el volumen interior del edificio no tiene columnas, lo que favorece un concepto espacial flexible. Para estar equipadas para sus tareas, las oficinas tienen margen de maniobra en cuanto a la distribución y equipamiento de sus zonas. Gracias a un diseño coherente para una administración digitalizada, también fue posible ahorrar en la ampliación los habituales muchos metros de archivadores.
Otra ampliación interesante: Tuñón Arquitectos ha ampliado el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear en Cáceres, España.
