Ahora que ya hemos hablado un poco de los orígenes y antecedentes de la quinta generación, pasemos a los temas realmente apasionantes: Beneficios y seguridad. ¿Cómo beneficiará la 5G a las grandes ciudades?
Elon Musk ha estado últimamente en el punto de mira por sus dudosos tuits y el caos de Twitter. Es fácil olvidar su empresa de coches eléctricos Tesla. Tesla es una de las empresas punteras en conducción autónoma. Al parecer, numerosos problemas en el pasado se remontan a la falta de velocidad de transmisión de datos. El 5G ofrece posibilidades completamente nuevas a empresas como Tesla, pero también a todos los demás usuarios de la carretera que confían en la conducción autónoma. Además, los vehículos autónomos y una red 5G de ámbito nacional, así como los sistemas controlados por IA y la gestión del tráfico, podrían ahorrar muchoCO2. Imagínese su propio vehículo tomando automáticamente la ruta más rápida y con menos emisiones tras entrar en su destino y optimizando todo el tráfico de la ciudad mediante IA. Menos atascos, menos emisiones y gente más relajada en todas partes. ¿No sería increíble?
Con la ayuda de la 5G, en el futuro los paquetes podrían ser entregados por drones. Y no sólo a domicilio, sino tal vez en el lugar exacto que usted le indique al dron minutos antes de que llegue. La logística en su conjunto también se beneficiará de la nueva norma. Los expertos en logística hablan a menudo del famoso último kilómetro, que se sabe que es el más caro. Con la ayuda de la comunicación en tiempo real entre máquinas, precisamente este último kilómetro, que a veces puede ser muy largo en la ciudad, podría hacerse mucho más eficiente. La lista de posibles aplicaciones es larga.
Sin embargo, no quiero dejar de mencionar otro aspecto importante que mucha gente desconoce en relación con el 5G. Se trata de la seguridad. El 5G ofrece tres mejoras clave relacionadas con la seguridad en comparación con el 4G. El proveedor de software de seguridad Kaspersky volvió a profundizar en estos puntos. El primer punto se refiere al cifrado. Mientras que la identidad a largo plazo del abonado (IMSI, que se almacena en la tarjeta SIM correspondiente) seguía transmitiéndose sin cifrar al utilizar 2G, 3G y 4G, la transmisión de la IMSI a través de 5G está ahora cifrada. Además, y esto nos lleva al segundo punto, todos los componentes están protegidos por separado mediante una nueva solución criptográfica. En caso de ciberataque a uno de los componentes, los demás permanecen seguros. El último punto se refiere al uso de la itinerancia. Gracias a la 5G, entra en juego la función de Confirmación de Autenticación (AC). Esta función, introducida con 5G, transmite una prueba criptográfica de la identidad de un operador móvil al operador móvil original (de origen). Con ello se pretende confirmar la identidad del dispositivo a través del operador original. También es una medida preventiva para protegerse de los ciberataques.
El principal riesgo de la 5G reside sin duda en la creciente interconexión de nuestras ciudades. Cuanto mayor sea el grado de conectividad de las ciudades inteligentes, mayor será el riesgo de ser paralizadas por ciberataques en general. Aunque el 5G sea muy seguro en sí mismo, muchas otras áreas de nuestras ciudades, por desgracia, no lo son. En Alemania, las ciudades a menudo se mantienen a flote digitalmente con hardware muy anticuado y pocas medidas de protección. Parece que el personal carece de conocimientos suficientes, y no solo por la escasez de mano de obra cualificada. Otro problema importante es, sin duda, la lentitud del aparato administrativo de muchas ciudades.
Sin embargo, el 5G acelerará nuestra convivencia. Gracias al 5G, se transmitirán más datos que nunca y más sistemas e IA se comunicarán entre sí. Es correcto llamar a esto una pequeña revolución digital. Sin embargo, si quieres formar parte de ella, necesitas equiparte con un dispositivo final moderno. Desde 2020, cada vez más smartphones están equipados con esta tecnología. Sin embargo, como el 5G no es compatible con versiones anteriores, estos dispositivos no pueden prescindir de la tecnología necesaria para el 4G. Por ello, los críticos temen que, debido a las frecuencias más altas, aumenten los riesgos para la salud derivados de la radiación de los teléfonos móviles. Esta preocupación se desencadenó en particular por una conclusión publicada por un grupo de expertos de la OMS en 2011, en la que se afirmaba que la radiación de los teléfonos móviles „puede ser cancerígena“.
Sin embargo, este temor aún no se ha confirmado científicamente. Por ejemplo, el Centro de Investigación de Compatibilidad Electromagnética Ambiental de la Universidad RWTH de Aquisgrán ha publicado un informe en el que afirma que aún no se ha demostrado un efecto negativo de la radiación en los seres humanos. Sólo se ha observado un efecto térmico. Sin embargo, no sería la primera vez que un efecto nocivo sólo puede demostrarse científicamente mucho tiempo después de haberse utilizado una tecnología o innovación.